Durante nuestros últimos artículos,
hemos mostrado que la economía puede describirse como un taburete con tres
patas:
- Las familias y las empresas
- El Estado
- Los bancos
Sin embargo, no se trata de patas
iguales, sino que el Estado y los bancos han de permanecer al servicio de las
familias y las empresas, que son las que tiran realmente de las empresas.
Una economía sana tiene a las
familias y las empresas luchando no sólo por salir adelante, como por desgracia
es la época que nos ha tocado vivir, sino por tener una vida mejor.
Y en esa lucha cuentan –deben contar–
con el servicio de los bancos, que le aportan el crédito para que se
desarrollen más allá de sus disposiciones actuales de dinero; y la ayuda del
Estado, que procura el bien común, ayudando especialmente a los más
necesitados.
Pero los problemas surgen cuando
se invierte ese servicio, y entonces ocurre que:
- El Estado no se pone al servicio de las familias y empresas, sino que
las pone a ellas a su servicio:
La razón de que todo este al servicio del Estado y la banca es para que los chupópteros de nuestros dirigentes sigan chupando del bote. Y lo peor es que nosotros se lo consentimos como sociedad civil.
ResponderEliminarEs un conchabeo continuo entre ambos.un estado hipotecadisimo hasta las cejas y una banca perversa que hace gran negocio con la crisis y el estado.la ciudadanía y su problemática para ellos es pura filfa
ResponderEliminarQué lástima que la duración del programa haya durado tan poco. Suelo leer a Manuel Llamas, escuchar todas las noches a, Juan Ramón Rallo, leer a Pepe Domínguez, Centeno, entre otros. No comparto las tesis liberales, aunque hubo una época liberal de libre mercado los dueños de fábricas se aprovechaban del proletariado y todo acabó a mamporros y con el nacimiento de los sindicatos y el control estatal . La historia demuestra que solamente traía riqueza concentrada para unos cuantos. Con el neolibrealismo la cosa no ha cambiado, unos cuantos se forran, pero se logró el reparto más equitativo y el auge de las clases medias. No obstante, por cuestiones filosóficas no acepto ambas.
ResponderEliminarNo obstante, no comparto las tesis de Manuel Llamas, pues es imposible devolver la deuda generada en tan poco tiempo, y en absoluto la solución es privatizarlo todo. Estoy de acuerdo con Manuel que hay que reducir el tamaño de la administración, pero es muy tarde, nos montaríamos en un paro del 35 u 40%.El problema de la deuda es mundial, ni USA puede devolverla. Se me antoja que las deudas serán perpetuas a pagar a 100 años como Alemania tras la guerra y todos seguiremos engañándonos como bien has explicado en el programa. Lo malo es que los bancos centrales les trae sin cuidado, y mientras sigan creando billetes la renta variable seguirá en auge y la bolsa bien gordita. Y nosotros estaremos igual que ahora, estancados y sufriendo.